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Citas incorrectas famosas: No podemos vivir solo para nosotros mismos*

* Del original en inglés, publicado por Alexander Atkins en su blog: Atkinsbookself

En sitio web tras sitio web, se encuentra esta cita atribuida al novelista estadounidense Herman Melville, quien escribió la gran novela americana Moby-Dick (1851): «No podemos vivir solo para nosotros mismos. Mil fibras nos conectan con nuestros semejantes; y a lo largo de esas fibras, como hilos de simpatía, nuestras acciones funcionan como causas, y vuelven a nosotros como efectos». Y dependiendo del sitio web en el que una se encuentre, los «hilos de simpatía» pueden aparecer como «hilos invisibles» o «fibras de simpatía». Independientemente de la redacción precisa, el único problema con esta cita es que (1) ha sido alterada del original; y (2) Herman Melville nunca escribió esto.

Cuando volvemos al texto fuente original, descubrimos que la persona que lo escribió tenía un nombre similar: Henry Melvill. El reverendo Henry Melvill (1798-1871), sin parentesco, era un famoso predicador anglicano conocido por sus sermones muy elocuentes y periphrasticos. Fue considerado el predicador más popular de Londres, atrayendo a multitudes muy devotas. Además de su elocuencia, Melvill era conocido por su estilo distintivo: hablaba muy rápidamente. El editor de sus sermones, el reverendo C. P. McIlvaine, escribe: «Melvill entrega sus discursos como un caballo de guerra se lanza al ataque. Literalmente corre, hasta que, por falta de aliento, ya no puede hacerlo. Sus pausas involuntarias son tan convenientes para su audiencia como esenciales para él. Es entonces cuando una audiencia igualmente sin aliento, traicionando los signos más convincentes de haber olvidado respirar, comienza su preparación para el próximo inicio con un grado de unanimidad y de esfuerzo de ajuste práctico, que difícilmente dejará de perturbar, un poco, la gravedad de un desconocido».

Pero nos desviamos. Volvamos a la cita actual que dice: «No vivís para vosotros mismos; no podéis vivir para vosotros mismos; mil fibras os conectan con vuestros semejantes, y a lo largo de esas fibras, como hilos de simpatía, corren vuestras acciones como causas, y os retornan como efectos». La cita se extrae del sermón sobre el impacto de las malas acciones titulado «Participar en los pecados ajenos», que Melvill pronunció el 12 de junio de 1855 en la Iglesia de St. Margeret en Londres, Inglaterra. El sermón fue publicado en una colección de sus sermones, «Las conferencias doradas de Melvill para 1855».

Curiosamente, Herman Melville (1819-1891) visitó Londres en 1849 y se aseguró de escuchar uno de los sermones de Melvill que le causó una gran impresión. En su entrada del diario del 16 de diciembre de 1849, Melville escribió: «Esta mañana desayuné a las 10 en el Hotel de Sabloneire (un rincón muy agradable, barato y acogedor que estaba cerrado los domingos). Pedí una ‘omelette dulce’ que estaba deliciosa. Después caminé hasta la Iglesia de St. Thomas, Charter House, Goswell Street, para escuchar a mi famoso tocayo (casi) ‘El Reverendo H. Melvill’. Había visto carteles anunciando que iba a dar un sermón benéfico. La iglesia estaba abarrotada y el sermón fue admirable (si aceptamos las premisas del reverendo). De hecho, se merece su reputación. Creo que nunca antes había escuchado un sermón tan bueno, al menos de un predicador ‘ortodoxo'». A pesar de la impresión que Melvill causó en Melville, él no fue la inspiración para el padre Mapple que aparece en Moby-Dick. Según los estudiosos de Melville, el padre Mapple estuvo basado en tres personas: el padre E. T. Taylor, Enoch Mudge y otro pastor metodista que predicaba en el Bethel de los Marinos en New Bedford, Massachusetts.

Para lectura adicional: «Sermons» de Henry Melvill, B.D. editado por el Reverendo C. Pm McIlvaine, D.D. (1838)

http://melvilliana.blogspot.com/2011/09/finest-thing-herman-melville-never-said.html http://www.victorianweb.org/religion/sermons/hmpreface.html

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