Microfinanzas significa proporcionar a las familias créditos muy pequeños para ayudarles en sus actividades productivas y el crecimiento de sus negocios. Se basan en una amplia gama de servicios (créditos, ahorro, seguros, etc.) y distintas metodologías para los microcréditos (banca en las aldeas, grupos solidarios y préstamos individuales).
En esencia las instituciones de inversión socialmente responsable se esfuerzan en tener en cuenta tanto el rendimiento financiero de las inversiones como las consecuencias sociales, éticas y medioambientales de las mismas.
El sector de las microfinanzas está experimentando una transformación significativa: de un marco tradicional dominado por donaciones de las ONG, hacia un mayor grado de participación en el mercado de capitales, mientras se mantiene su misión original de mitigación de la pobreza y desarrollo social. Dentro del rango de inversores se encuentran además de aquellos altruistas como fundaciones y ONG, inversores individuales y, cada vez en mayor medida, institucionales, incluyendo fondos de pensiones, compañías de seguros, universidades e instituciones religiosas.
No existe contradicción entre la búsqueda de un impacto social y un enfoque comercial. La búsqueda de rentabilidad es esencial para mejorar y hacer perdurar el impacto de las microfinanzas.
Las microfinanzas son principalmente percibidas como una herramienta para el crecimiento económico y la cohesión social. Muchas familias y pequeñas empresas carecen de acceso a servicios financieros. La exclusión financiera está principalmente concentrada entre aquellos que sufren pobreza y marginación social.
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